sábado, 10 de noviembre de 2012


NUTRIENTES ANTI-AGE    

       Si la alimentación es nutricionalmente inadecuada, con el transcurso del tiempo nuestro sistema de defensas pierde parte de su capacidad para protegernos. Incorporar los nutrientes correctos nos ayudará a mejorar esa capacidad de defensa, cualquiera que sea nuestra edad.
         No hay crema de belleza que solucione una piel deslucida, ni ampollla capilar que revierta una cabellera sin cuerpo ni brillo. Para ello es fundamental alimentarse bien y darle al organismo todos los nutrientes necesarios, no solo para sentirse,  sino para verse bien a cualquier edad.

VITAMINA C
         Es un potente ANTIOXIDANTE y trabaja en la prevención de los daños que producen los radicales libres. Es necesaria para la formación de colágeno, sustancia que une las células, esencial para la formación de nuevas células y tejidos. Protege las células del envejecimiento prematuro.
             Son buena fuente natural de VITAMINA C el kiwi, el mango, el morrón rojo y los cítricos.
        Se recomienda 1 cítrico por día dentro de las 5 porciones diarias de frutas y hortalizas.

VITAMINA E
         Actúa como ANTIOXIDANTE, previene el colesterol LDL (malo). En consecuencia disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular e infarto.
     Se encuentra en aceites de germen de trigo, soja, girasol, maíz y oliva, preferentemente prensados en crudo y sin cocinar; en el germen de trigo, semillas y frutas secas, en especial las almendras.
       Para cubrir la recomendación se puede consumir, por ejemplo, 1 cucharada de aceite de germen de trigo o 1 cucharada de aceite maíz + 2 cucharaditas de semilla de girasol + 20 almendras.

SELENIO
        Es un mineral que actúa como ANTIOXIDANTE, junto con la VITAMINA E, a fin de proteger a las células de daños que pueden desembocar en enfermedades cardíacas, cáncer y otros problemas de salud. Protege contra el cáncer de próstata, el cáncer colorrectal y el de pulmón.
      Se encuentra en carnes (en especial, pescados y mariscos) y huevo. Las semillas, frutos secos y los granos enteros aportan selenio en relación con el contenido de selenio del suelo en donde crecen.
        Para cubrir la recomendación, se puede consumir, por ejemplo: 2 rebanadas de pan + 2 cucharaditas tamaño té de semillas de lino + 1 huevo  con 1 cucharada tamaño postre de semillas de mostaza.

CAROTENOIDES
        La familia de los carotenos consiste en aproximadamente 600 compuestos naturales presentes en las hortalizas amarillas y anaranjadas. Son ANTIOXIDANTES potentes, como los beta carotenos y el licopeno.
     Se sugiere incluir diariamente como mínimo 3 porciones de hortalizas y 2 ó 3 de frutas.

BIOFLAVONOIDES
       Sustancias que proveen su color característico a las frutas cítricas en particular, así como otras frutas y hortalizas. Son potentes ANTIOXIDANTES y actúan en conjunto con la VITAMINA C, potenciando mutuamente su acción.

OMEGA 3
     Un tipo de ácido graso (constituyente de las grasas) que aumenta las defensas del organismo, ayuda a mantener una piel sana, a cicatrizar heridas y al buen funcionamiento hepático y renal.
      El OMEGA 3 está presente en los productos de mar, pescados como el salmón, atún, merluza, sardinas y caballa, aceite de pescado, frutas secas y soja, en las semillas de lino y en los aceites vegetales de soja y canola.
      Se aconseja incorporar un mínimo de 15 gramos diarios (1 cucharada sopera) de aceite vegetal.

EL MOVIMIENTO
      Uno de los factores que ayudan a mantener la juventud está siempre cerca: es el gimnasio más próximo a tu casa. O simplemente hacer una caminata diaria de unos 30 minutos.
       A medida que pasan los años se producen cambios físicos que afectan la fuerza y la apariencia. La mayoria de las personas, a los 45 años muestra una declinación de la masa muscular y un aumento de la grasa corporal, caracteristicas de la vida sedentaria. También, hay una disminución de la densidad de los huesos, que se vuelven más frágiles. La capacidad respiratoria disminuye, lo que significa que en más de una ocasión les falta el aliento ante cualquier esfuerzo físico. También se produce una pérdida de flexibilidad. La mayoria de estos cambios se puede combatir con la actividad física, que ayuda también a prevenir muchas de las enfermedades que afectan la calidad de vida.

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